miércoles, 26 de octubre de 2016

1ª JORNADA TORNEO DEL JAMÓN

Más lindo que la mierda.

Queda inaugurado el Torneo del Jamón 2016 con un partido sin épica pero con muchos goles, que premia la dedicada estrategia de juego clara con su justa derrota. Al día de hoy el equipo claro, campeón en simpatía, puede mostrarse satisfecho de su coherencia interna siempre que sepa mantenerse al margen de eventos deportivos. Su despliegue ha resultado en un dominio absoluto del centrocampo, ese que deja áreas y laterales en manos de sus rivales. Los oscuros no fueron obstáculo para este juego: sumisos, interpretaron pasivamente el papel de goleadores que les fue asignado. Cabe destacar la satisfacción pudorosa del equipo oscuro (insólita en ellos) inducida, acaso, por la neutralización de Sito, el de los pies ligeros. Pero veamos:
La ausencia de delanteros claros (Martínez, Nano,…llega a faltar uno más y no cabe) tuvo un protagonismo comparable al de todos los presentes. Las esperanzas puestas en el nuevo fichaje, Antonio-grande-que-juega-como-Pedro-pero-no-tanto, se vieron reducidas al ámbito de la sociolingüística aplicada al 3er tiempo. El partido arrancó así con dos goles oscuros que no minaron el ánimo…oscuro (ni la concentración clara, rayana al ensimismamiento, que ya se aprestaba a dormir su siesta del 2do tiempo). Desmarcado de su equipo, Javi Álvarez fue a la suya (donde reconocimos un personal homenaje a Joaquín) marcando dos goles, los únicos que anidarían en portería oscura. Pero anidar no es empollar (ni la metáfora viene al caso) y así agotamos el 1er tiempo con un 3-2 en favor de los oscuros. De aquí en más la cosa tiene su interés, aunque no queda muy claro para qué disciplina: de alguna forma, este 2do tiempo crea su propio modelo. En respuesta a algo parecido a un reloj biológico, los claros se ven repentinamente autoconvocados a un punto de encuentro indeterminado, ahí por el centro, dejando a discreción oscura el usufructo del campo. Estos, resignados, se echan entonces otros siete goles por lo alto; por hacer algo, nomás.
Por otra parte, el encuentro no estuvo libre de incidentes. Hay quien preferiría detenerse en los balones aéreos (golazos antirreglamentarios de Jesús largo y Enrique), en el singular desempeño de tiroloco Joaquín, en el ostracismo de Sito y Daroca, o en un Ricardo que llegó con el 3er tiempo por delante. Este cronista prefiere en cambio denunciar las precarias condiciones de seguridad e higiene acústica en el campo de juego.
Cabe destacar la severa autocrítica que se desató en el equipo claro durante la primera parada en San Marco, donde pudo escucharse una voz autorizada y certera: “hay que parar más, y hacer más goles”. Qué pelotudo importante, che!
En definitiva, este partido y su legado quiere enseñarnos algo. Es tarea de la próximas generaciones averiguar qué.
OSCUROS: 10
Enrique: Nunca defrauda, destacando su golazo de cabeza (de esos que se ganan la antipatía de los porteros). VPO oscuro por aclamación.
Joaquín: Cubilete cósmico, su técnica conserva todas las ventajas del robo sobre el trabajo honrado. Se han amasado fortunas de este modo, y la suya ya consta de 10 goles.
Carli: Regresa con varios kilos menos y hambre de gol. Se ha comido uno, y esperamos que le siente estupendamente. Eso sí, sus intentos por mortificar la sensibilidad del portero claro aporreando su larguero le desprestigia.
Agus: Este cronista lo intuye apenas a lo lejos, salvo por un tiro a portería que da en el palo. No hace tanto ruido como el larguero, pero asusta.
Daroca: ¿A qué planeta de fuiste? Se conoce que Sergio sólo anota cuando las circunstancias le son desfavorables. De otro modo le resulta indiferente. Asistencias, en cambio, las suma a montones. Por otra parte y visto desde esta tribuna imparcial, causan desconcierto sus continuos vítores al portero rival. A este respecto, la expresiones de agradecimiento de éste último no nos resultan convincentes. Si no es cachondeo, es mosqueo, parece cavilar.
Jesús largo: Golazo con vigor antirreglamentario, alto y de media cancha. No ha gustado ni al portero ni a Ricardo, y menos de parte de un defensa.
Sito: Desterrado a lo que considera los confines inexplorados de su deporte favorito, ha tenido que soportar la victoria de su equipo sin anotar siquiera un tanto. Entiende que ha sido víctima de una conspiración. Ricardo sonríe nebuloso a su vera.
Alberto: Jugador completo y apasionado, corre, pide, entrega y marca con precisión, con generosidad. Siendo así, le atormenta secretamente (ya se nota) compartir el puesto de goleador con Joaquín. Grande Joaquín!

CLAROS: 2
Javi Álvarez: excepcional en el 1ro y 3er tiempo. Dos goles y tres puyas memorables (que el cronista no recuerda). VPO claro indiscutible (por falta de interlocutores).
Ricardo: sobrio en el jugar pero nunca en el beber, apareció con un año y dos copas de más que invirtió eficazmente en fumigar a Sito. Gracias Ricardo, y feliz cumple.
Sergio Rodríguez: Este cronista lo tuvo lejos, pero supo que estaba tramitando su gol cuando Javi Álvarez se ofreció gentilmente a entregárselo en ventanilla. El trámite era personal, empero.
Antonio grande: Una esperanza claramente desaprovechada, como sólo los claros desaprovechan. Habrá que tirarle a la altura del pecho (como a la cabeza de cualquier otro, más o menos), a ver qué pasa. Advertencia: su tiempo de caducidad es de 15 minutos.
Pedro: cuando encuentra su posición, se mueve con la pericia de un parroquiano en su bar favorito. Eso sí, sus continuas comparaciones con Antonio han terminado por hundirlo (a Antonio).
Diego: Sus nuevas calzonas le han aportado seguridad. Esto no ha impedido que su portería se convirtiera un reclamo irresistible para el gol.
Mario: En la conformación de equipos, se lo rifaron como contrafigura de Joaquín. En tal sentido, no le falta precisión, sino resultados. Con la disposición actual, hace temer por la integridad del reloj (a cuatro metros sobre la portería oscura).

Castro: “Hizo lo que pudo”, se escuchó por ahí. Puede ser cachondeo.

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